Lugar en la novela:
[…]
Excusas y más excusas para seguir sintiéndose un macho alfa con harén en propiedad. Era tan ridícula la inseguridad masculina ¿Cómo decía la canción?, sí, todavía la recordaba: «Credenciales de posesión, qué tontería. Estos celos me han abrasao, no sé qué me creía». Preclara la visión de El Último de la fila. Cogió el portátil y se fue a buscarla en YouTube. Aviones plateados, si no recordaba mal. Acertó. Dio al botón y empezó a sonar:
Veo tu casa desde mi balcón
chimeneas y tu ropa al sol
aviones plateados rozando los tejados
vestido y en la cama vigilo tu ventana…
Volvió a su introspección, a esas preguntas que acostumbramos a hacernos cuando es demasiado tarde, ¿por qué no le llamó después, cuando ya estuvo sola? Se respondió que no le había llamado por miedo. Él estaba en una relación y ella en una especie…
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